Faltan 9 años para que el Perú cumpla 200 años de independencia, fecha ideal para trazarse metas en diferentes ámbitos, cruzar la barrera del subdesarrollo y enrumbarnos hacia la prosperidad económica y social. Los objetivos planteados por el Acuerdo Nacional y expuestos en el Plan Bicentenario elaborado por el CEPLAN durante el gobierno de Alan García, basado en las principales variables macroecónomicas que definen un escenario probable, dependen mucho de la actual gestión presidencial y de la próxima, debiendo garantizar la estabilidad económica, reducción de la pobreza y fortalecimiento de la instituciones públicas.
Para el 2021 el Perú tendrá 33 millones de habitantes aproximadamente, además de las 4 millones de personas que viven en el exterior. El número de hijos será de 2 por mujer y la edad promedio será de 76 años. Esta etapa es conocido como "el bono demográfico", ideal para el desarrollo, pues al reducirse el número de nacimientos, el Gobierno invertirá menos en la construcción de escuela y mejorará las existentes. La calidad de vida del campesinado habrá mejorado por la introducción de mejoras tecnológicas en su actividad económica, así como el auge de la economía de exportación. La migración del campo a la ciudad se verá compensado con el desplazamiento de personas a las zonas rurales en busca de empleo que ofrecerá la agricultura.
En el ámbito económico, la meta es reducir la pobreza al 13%, la extrema pobreza al 5% y el analfabetismo será erradicado. El PBI del Perú en el 2021 será, si seguimos en promedio con un crecimiento anual del 6%, de 261.984 millones de dólares. El PBI per cápita tiene como meta llegar a 8000 dólares y el valor de las exportaciones sería de 94 mil millones de dólares. El 80% de la población total tendrá acceso al agua potable y alcantarillado, así como el 95% a la luz eléctrica. De cumplirse estas tendencias, el Perú alcanzaría el nivel de vida que tenía Chile en el 2006 y nuestro vecino del sur sería considerado un país desarrollado, mientras que Perú seguirá siendo un país en vías de desarrollo, pero con menor riesgo político, porque las personas al mejorar su condición de vida, dejarán de apoyar a candidatos demagógicos que promuevan cambios en el modelo económico y político.
En el ámbito social, el Perú seguirá siendo un rombo, con tendencia a convertirse en una pirámide gracias a la reducción y eliminación de los sectores D y E, el aumento del Sector C y B. Esto ocurrirá si este gobierno y el próximo incrementan la inversión en infraestructura de agua, saneamiento y vivienda, además de la toma de conciencia por parte de los padres, que deben enviar a sus hijos a la escuela. Las prioridades por parte del Gobierno rumbo al 2021 en materia social son dar acceso a la población a los servicios básicos, garantizar la seguridad ciudadana y convertir a los beneficiarios de los programas sociales en agentes productores, así se gastará menos en inclusión social e invertir en otras necesidades del país. Para el bicentenario es posible que ya se hayan implementado nuevas rutas del Metropolitano y del Tren eléctrico, la Costa Verde sea una vía rápida que conecte La Punta con Chorrillos y que la isla San Lorenzo esté camino a convertirse en una urbanización, sin embargo la congestión vehicular se habrá agravado, ya que existe un déficit de infraestructura para los próximos años.
En cuanto a la estructura del Estado y la Gobernabilidad, se espera que el Perú sea un Estado Democrático y descentralizado, que funcione con eficiencia, eficacia y articuladamente entre sus difernetes sectores y los tres niveles de gobierno al servicio de la ciudadania y el desarrollo, garantizando la seguridad nacional. Para lograr eso se necesita un profunda reforma del Estado para mejorar los servicios que presta a la ciudadanía y una mejora sustancial en los servidores y funcionarios públicos.
Para el 2021 se espera que el Perú reciba cerca de 6 millones de turistas, el doble que en el 2009. Ante esto, el Gobierno debe promover la inversión en transporte y facilitar la conectividad aérea, infraestructura hotelera y seguridad ciudadana. La Gastronomía se convertiró en una de las actividades económicas con mayor aceptación y orgullo nacional, pues goza de la simpatía de la opinión pública, en cambio la minería se verá afectada por diferentes conflictos sociales. Es clave mejorar la enseñanza en las instituciones gastronómicas y aprovechar la diversidad de productos en el interior del país, ya que la mayor concentración de Institutos está en Lima.
El cambio climático será un tema que estará presente en la agenda gubernamental en los próximos años. El Perú es un país con alta vulnerabilidad frente a sus efectos. Debido a la gran variedad de regiones naturales y factores geográficos, es de esperar que el cambio climático se presente de manera indistinta. Habrá zonas en que aumente la temperatura o las lluvias y en otras disminuya, esto afectará a la población más pobre. El Fenómeno del Niño será más frecuente y ocasionará pérdidas en infraestructura e impacto sobre la producción. Si los peruanos no aprendemos a rehusar y cuidar el agua, se presentarán diferentes conflictos entre las actividades económicas que demandan mayor cantidad de agua.
Está claro que el desarrollo y el cumplimiento de las metas hacia nuestro bicentenario sólo depende de nosotros y la esperanza está en que se superen estas metas con creces, que la pobreza se elimine del país y que el Perú se convierta en el lugar ideal para vivir, con oportunidades para todos.